La negativa en este país está mal vista, se reprueba. Cuando alguien emite una negación, se le condena, cuando lo que se debería hacer es admirarle. Parece ser que en nuestra sociedad azteca la palabra NO, duele, está prohibida. Siempre será mejor responder que sí y después fallar, que empezar con un NO por respuesta.
Es risible cómo en el ámbito laboral este patrón es sumamente común. Un empleado al estar recibiendo órdenes de su jefe, contesta a todo que sí, inclusive cuando se la ha preguntado si entendió todas las órdenes. Sería un suicidio responder que no. Después habrá tiempo para investigar, sin importar que el trabajo se haga a medias o inclusive todo lo encargado se realice incorrectamente.
Muchas personas argumentarán que simplemente es un mecanismo de defensa. Contestar No en el trabajo, implicaría ser el próximo despido.
En el ámbito personal pocas personas son los suficientemente inteligentes y respetables para decir que no. ¿Cuántas veces ha organizado una comida y nadie asistió? ¿Una promesa de pago que hasta la fecha no ha llegado? ¿Iniciado un proyecto sólo para verlo truncado? ¿Esperado un cambio de actitud y el único cambio es la pérdida de cabello?
Imagine que se encuentra leyendo la sinopsis de una película y queda totalmente atrapado, no puede esperar un segundo más para poder disfrutar la cinta. Comienza y es aún mejor de lo que esperaba, la introducción ha concluido y ahora comienza el desarrollo, la parte que nos cautiva porque a cada segundo el destino de los protagonistas puede cambiar. Finalmente….no hay final, la película no continúa más y la incertidumbre se apodera de todo, todo por encontrarnos con una promesa inconclusa.
Las afirmaciones al aire generan frustración, enojo, desempleo y un país sumido en la miseria.
La sorpresa no es confiar en alguien y que sea un queda mal, la verdadera admiración llega al encontrar una persona que desde un inicio diga NO.
No puedo, no quiero, no lo deseo.
Una sonrisa debería apoderarse de nuestros rostros, estamos ante alguien capaz de ser honesto consigo mismo, y por ende, es honesto con los demás. Los turcos tienen un proverbio:
“El que busca un amigo sin defectos se queda sin amigos”
Habrá que escoger mejor esos defectos, y elegir aquellos que tengan por defecto decir que No.