miércoles, 21 de enero de 2009

20 de Enero de 2009

La mejor definición de Universidad que he escuchado, es la siguiente:

"Una Universidad, es aquella institución donde se imparten carreras de todas las áreas del conocimiento"
-Profesor de la UNAM-


Arquitecto, Comunicólogo, Diseñador, Ingeniero, Matemático, Médico, Músico y Periodista. Estos Universitarios se unieron, y sin importar la finalidad, lo que produjeron fue poderoso. Con su sola presencia causaron un efecto devastador.

Pero no llegaron con las manos vacías, un par de presentes fueron otorgados.

  • Un vehículo de cuatro ruedas, quema cocos, cinturones de seguridad y asiento especial para niños.

  • Litro y medio de uno de los líquidos más exquisitos que se han creado en la tierra.
Ese universo de grandes amigos en verdad me dio una gran sorpresa, recordándome que su sola presencia es un gran obsequio. Sin embargo fueron más allá, han ido más allá, cada uno de ellos me lo ha demostrado en diferentes etapas de mi vida. Tras un cuarto de siglo, no me quiero imaginar todo lo demás que me espera al lado de esos muchachos.

Hermanos de la Primaria, Secundaria, Preparatoria y de la Cuadra. Qué mejor muestra de lo que es una Universidad que esos entrañables compañeros de batallas. Diferentes formas de ver el mundo que, unidas, pueden crear algo inimaginable.

Algo tengo que agradecerle al Oficial "Plata", me mostró que esos muchachos seguirán estando en las buenas y en las malas. Es cierto, su ausencia hubiera sido perfecta, pero prefiero quedarme con ello. Tanto en la luz como en la oscuridad se encontrarán. No importa si las circunstancias son como una Carolus Navideña o como una Cucapá Chupacabras, esos universitarios son los que quisieras que te acompañaran a la tumba, simplemente no quieres perderlos.

domingo, 11 de enero de 2009

"This whole damn world can fall apart"

Noche de insomnio, sobre dosis de sarcasmo y una canción. Detonantes para que esté escribiendo esto. Como hace mucho no lo hacía, escribir justo lo que pasa por mi mente. Si, existe un eje central, situaciones que me pasan y me inspiran, por qué no llamarlo así.

Un par de preguntas saltan a mi mente: Si la mierda te cubre por completo. ¿Puedes llegar a un punto en el que le agarres sabor? ¿Será esa la explicación del masoquismo? Llegar al punto en el que después de tanto dolor físico, de vivirlo a diario, se vuelve indispensable ¿Será? Y es por eso que existen personas que a pesar de que cuentan con alternativas, siguen ahí, bajo el yugo de esa otra persona que las maltrata, golpea y abusa de ellas. ¿Pasará lo mismo con el abuso psicológico?

masoquismo.

(De L. von Sacher-Masoch, 1836-1895, novelista austriaco).

1. m. Perversión sexual de quien goza con verse humillado o maltratado por otra persona.

2. m. Cualquier otra complacencia en sentirse maltratado o humillado.


Interesante como se ha agregado una connotación no sexual al término. Pero también el como aún sigue siendo clasificado como una perversión sexual. Si a una persona la hace feliz que la "humillen o maltraten" ¿No está en su libre derecho? ¿No estamos en tiempos de mandar al diablo la igualdad y enaltecer las libertades? Al menos eso es lo que veo/leo en las noticias a diario.

"You get what you give" - New Radicals

martes, 6 de enero de 2009

El perdón y su hedor

Culpa.

(Del lat. culpa).

4. f. Psicol. Acción u omisión que provoca un sentimiento de responsabilidad por un daño causado.

Todos nos hemos encontrado con este sentimiento en algún punto del camino. Pudimos haber sido los ofensores o los ofendidos. Ninguno de los dos escenarios es grato, salvo algunos casos:

Infligir dolor a quien no se estima puede resultar indiferente o si se es sádico y la persona que lo recibe es masoquista, incluso puede representar placer. Pero, causar dolor a alguien que se quiere no lo es.

Recibir dolor, tampoco suele ser grato (a menos que se sea masoquista), pero en general ser víctima de daño alguno, sea físico o mental, no es para nada agradable.

No intentaré analizar el por qué el ser humano causa daño. Lo que me interesa en este momento es cómo actúa para resarcir ese daño.

Resarcir.

(Del lat. resarcīre).

1. tr. Indemnizar, reparar, compensar un daño, perjuicio o agravio.

Más que resarcir, sanar ese agravio; más que indemnizar, recuperar lo perdido. Como seres sociales que somos, los roces, discusiones y problemas entre nuestros semejantes siempre estarán latentes, y por mucho que cuidemos el evitarlos, tarde o temprano se harán presentes.

Sin salir de nuestro hogar podemos encontrarnos en está dinámica de culpa. Una hija que insulta a su madre, un "Te odio" sale de su boca, tras ser castigada. Un padre descuida a sus vástagos, no les presta la suficiente atención.

Al exterior, las posibilidades son aún mayores. Un amigo a decepcionado a otro, le ha fallado y no existe justificación. Un primo lastima a otro accidentalmente y la culpa se apodera de él. Una novia siente que nunca será suficiente para su pareja.

¿Cómo reparar estos daños, sean reales o imaginarios? Con el perdón, sería lo más común. Pero el perdonar encierra algo vil y cruel.

Perdonar.

(Del lat. per y donare, dar).

1. tr. Dicho de quien ha sido perjudicado por ello: Remitir la deuda, ofensa, falta, delito u otra cosa.

Quien perdona, sabe qué, algún día, podrá cobrar la deuda. Que en un futuro, esa persona tendrá que otorgarle el perdón, ya que el ha sido lo bastante generoso, como para otorgar indulto. Usualmente esa es la dinámica del perdón. Pasar por alto una falta, con la conciencia que esa otra persona sigue en deuda con uno. Hasta que el agresor, se vuelva el agredido. Cuando se podrá remitir al perdón alguna vez otorgado.

Un amigo me habló de la reconciliación.

Reconciliar.

(Del lat. reconciliare).

1. tr. Volver a las amistades, o atraer y acordar los ánimos desunidos.

Reconciliar, implica más trabajo, implica reconocer esa falta y trabajar para evitar caer de nuevo. No caer en facilismo de una promesa. Romper con la dinámica del indulto, de la deuda. De la salida fácil en la que se ha convertido el pedir perdón y con eso querer poner un curita sobre la herida. Olvidar ese reflejo en el que se ha convertido la palabra perdón, ante alguna falta.

Un error todos lo cometemos, el mismo error pudo haber sido un descuido, una tercera vez es masoquismo o estupidez.

Una reconciliación es poner manos a la obra, admitir que se ha errado, pero que a la vez, se tomarán acciones para cambiar lo sucedido.

¿En verdad se puede lograr volver al estado anterior a la ofensa? ¿Podremos acostumbrarnos a no escuchar o decir -perdón- después de un daño? ¿Podremos ser lo suficientemente fuertes para emprender un cambio real?

Sea cual sea la respuesta, considero que emprender acciones que sanen ese daño (insisto, físico o mental) es mejor que decir o escuchar una simple "Perdón" palabra que se ha vuelto tan vaga y sin sentido, que apesta.

Sanar.

(Del lat. sanāre).

1. tr. Restituir a alguien la salud que había perdido.