Entre las clases medias he notado un hecho que me atrae mucho. La literatura sanitaria, es decir la existencia de material de lectura en el baño. Cuando uno tiene que hacer eso que coloquialmente se llama del dos pues hay veces que se requiere más de unos cuantos segundos para completar dicha tarea.
Todos hemos pasado por ese estreñimiento que nos deja varios minutos sobre la taza del baño y muchas veces pues uno necesita distraer la mente para que lo que tiene que fluir, fluya. Es aquí cuando en algunos hogares se hace presente ese canasto con vaaaaariaaaas revistas para poder despejar la mente y pues.....hacer lo que uno tiene que hacer sin aburrirse.
Recuerdo mucho a mi abuelo, y como, siempre que tomaba el diario y se dirigía a ese sagrado cuarto, que no debe faltar en ningún hogar, solo podía significar una cosa: Ese cuarto permanecerá cerrado por varios minutos.
La diversidad que se puede encontrar en los antes mencionados canastos, o simplemente arriba de la caja del sanitario, es muy diversa. El Reader's Digest es un clásico y obviamente no podía faltar en este sitio, dependiendo de la zona la literatura va cambiando y en Coyoacán, cuna de la cultura del Distrito Federal (ja) el Milenio Semanal era obligado. Poco a poco alejándonos del D.F. la literatura que se puede encontrar va cambiando y el abanico es tan grande que desde Newsweek podemos llegar a la Revista H.
¿Cómo será visto este hecho en las clases altas? ¿Tendrán el New York Times, Forbes, Playboy? Espero algún día descubrirlo.
Juro que el día que me encuentre en un baño lo que un profesor de la Facultad nos recomendaba podré morir tranquilo. Un diccionario.
Todos hemos pasado por ese estreñimiento que nos deja varios minutos sobre la taza del baño y muchas veces pues uno necesita distraer la mente para que lo que tiene que fluir, fluya. Es aquí cuando en algunos hogares se hace presente ese canasto con vaaaaariaaaas revistas para poder despejar la mente y pues.....hacer lo que uno tiene que hacer sin aburrirse.
Recuerdo mucho a mi abuelo, y como, siempre que tomaba el diario y se dirigía a ese sagrado cuarto, que no debe faltar en ningún hogar, solo podía significar una cosa: Ese cuarto permanecerá cerrado por varios minutos.
La diversidad que se puede encontrar en los antes mencionados canastos, o simplemente arriba de la caja del sanitario, es muy diversa. El Reader's Digest es un clásico y obviamente no podía faltar en este sitio, dependiendo de la zona la literatura va cambiando y en Coyoacán, cuna de la cultura del Distrito Federal (ja) el Milenio Semanal era obligado. Poco a poco alejándonos del D.F. la literatura que se puede encontrar va cambiando y el abanico es tan grande que desde Newsweek podemos llegar a la Revista H.
¿Cómo será visto este hecho en las clases altas? ¿Tendrán el New York Times, Forbes, Playboy? Espero algún día descubrirlo.
Juro que el día que me encuentre en un baño lo que un profesor de la Facultad nos recomendaba podré morir tranquilo. Un diccionario.