Ahora, solo serás un recuerdo.

Hoy me dieron la trágica noticia, nuestro reencuentro ahora será imposible. Qué escribirte a ti que fuiste la primera. Juntos recorrimos toda la ciudad, con desencuentros y momentos inolvidables. Muchas veces te mandé al carajo, otras estuviste ahí para salvarme. La ayuda que me diste no puede ser medida.

Llegaste a mi por accidente, pero fue de las mejores cosas que me pudo haber pasado. No niego que, al principio, tu aspecto me desagradaba, pero con el tiempo te volviste irresistible, atrapando las miradas cada que salíamos.

Nuestra separación fue correcta, no te pude haber dado lo mejor de mí; pero quién llegó a ocupar tu lugar, nunca te podrá superar. Tu fuerza y resistencia, jamás las podrán igualar quien se encuentra ahora a mi lado.

Adiós, por más que me duela, así es. Nunca te volveré a ver, la fortuna te ha puesto a rodar. Gracias por todo, lo único que te puedo prometer es que nadie más llevará esa marca que dejé en ti, siempre con la esperanza de que nadie la pueda borrar, y algún día reconocerte en este colosal planeta.