lunes, 22 de junio de 2009

La flojera del mexicano

Siempre he sido fiel defensor de la hueva, no como algo que nos detiene a hacer las tareas, sino como la recompensa por haber terminado esas tareas. El ser humano tiene derecho a usar su hueva como mejor le plazca. Sin embargo, hay momentos donde, todo sea dicho, la flojera del mexicano está mal…muy mal encaminada. ¿A dónde quiero llegar? Al mexicano y su uso del transporte público, un elemento donde se nota como “somos flojos cuando nos conviene”. Ejemplificaré con eventos que, según yo, todos hemos testificado, o sido protagonistas:


1.- Cuando estamos esperando el microbús/autobús/trolebús/combi en una esquina, el semáforo está en rojo, y el susodicho se encuentra a, no se, digamos, 5 coches de distancia, pudiendo caminar para subirnos, esperamos a que de el siga, y cuando el autobús se acerca le hacemos la parada, deteniendo al apenas iniciado movimiento del tránsito. En contraste, vamos llegando a la esquina, y vemos al autobús pasar, corremos y nos abalanzamos a la puerta, no dándole opción al conductor que detenerse. Porque claro, en cualquiera de los casos, si no se detuviera, ustedes se molestarían (“¿Cómo se siguió?”) Claro, cuando vayan en auto, si el autobús se parece por las mismas razones, entonce si harían un coraje de tamañas porciones (¿deberé meter al karma en este asunto?)


2.- Igual: autobús/microbús/trolebús/combi: a pesar de que el 85% de los vehículos dicen “anticipe su parada media cuadra antes” mucha gente no se para hasta que esta a ¿qué? ¿5 cm.? Eso sí, cuando presionan el timbre de bajada y el conductor no hace alto total, les nace la energía para gritar “Bajan” visiblemente molestos, y presionarle otra vez, y enojarse y bajarse haciendo corajes.


3.- Pasemos al metro: ¿Realmente estamos tan cansados como para necesitar de escaleras eléctricas para bajarnos? Bueno supongamos que sí, tuvimos un mal día. Sin embargo, cuando llega el momento de ingresar al vagón, de dónde sacamos fuerza para abalanzarnos a encontrar un asiento, a costa de nuestra integridad física y de los demás, es para mí todo un misterio: ¿Cuántos pobres niños jaloneados y usados como escudo he visto en esta situación?


4.- Último: En la base del microbús/autobús/trolebús/combi no nos subimos al vehículo “porque ya no hay donde sentarse” (cuando claramente hay 45% de asientos vacíos, dependiendo de la base), por el contrario, prefieren pasar los siguientes 15 minutos de pié para “poder irse sentados”.

Quiero que quede claro algo: No es mi intención cambiar su flojera: cada quien sabe lo que hace. Lo único que ido es que cuando les toque ser víctimas de algún problema relacionado con alguno de estos casos, sólo recuerden que bien pudieron ser ustedes los causantes, y afortunadamente, en esa ocasión, no lo fueron.


Nota final: El que quiera postear con "bueno, es mi vida" o similares, ahórreselo, este es post inútil (si ni así pueden evitar postear...bueno, XYZ).


TEXTO: R2



2 comentarios:

brenduchis dijo...

Tienes toda la razón Adolfo, es cierto la hueva es excelente como premio por terminar nuestros deberes sin embargo podemos llegar a puntos realmente extremos en nuestra huevamanía jajajajaja

Adolfo Lira dijo...

Je, pues que crees Brenda, este texto no es mío es de R2.