En la escuela es muy fácil encontrarse con esas personas que encajan tan bien en un estereotipo. Desde el matado de lentes, el gordito, la garrocha, el gay que jura no ser gay, el que todo lo resuelve a golpes, el que es bueno en los deportes, la fea, la tabla, el popular, por la que todos mueren, el pandroso, la fresa y un largo etcétera.
Pero es curioso como esta variedad de personajes también se pueden encontrar en los profesores, hace poco tuve la oportunidad de convivir con varios de ellos y pues también se cumplen ciertos clichés en ese sector.
El profesor de educación física está mamado y es el profe por el que la mayoría muere, entre alumnas y profesoras.
La Miss de inglés está guapa o de menos un profesor le coquetea, o en su defecto es ella la que se quiere tirar a algún alumno.
El de matemáticas, como la mayoría en su clase, son raros para quienes nos nos apasiona eso de los números y en su mayoría despistados. Si no me creen solo basta que se den una vuelta por la Facultad de Ciencias en Ciudad Universitaria.
Artes Plásticas, usualmente mujeres y con un buen humor, pero cuidado y si las haces enojar, son todas unas histéricas en potencia.
El de música, obviamente es un músico frustrado que como no la armó con su banda, pues a dar clases se ha dicho, siempre buscando a ese diamante en bruto para que él o ella realice los sueños que él nunca logró.
En algún futuro, he de admitir, me encantaría dar clases; nunca seré el profesor de educación física a menos que un milagro ocurra, así que lo más seguro es que termine dando Historia, Filosofía o algo parecido. ¿Seré el clásico aferrado al pasado, renegando de las nuevas generaciones? Maldita sea, creo que ya lo soy.
martes, 9 de junio de 2009
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2 comentarios:
cliches, cliches, todos somos en algùn momento uno de ellos, algunos nunca llegan a encajar en ninguno, pertenecer el lo ùnico.
Yo seré profesor de radio.... comot doos: un lunático con ganas de sacar al aprte más retorcida de sus alumnos.
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