¿Recuerdas ese sábado,
en el que aparecí sin previo aviso?
Cuando Arturo, como de costumbre,
inició la bienvenida.
Ambos sonreímos,
la experiencia fue grata
besaste mis ojos
y yo lo agradecí.
Tu cortesía siempre presente,
un vaso de agua me ofreciste.
Charlamos poco pero sustancioso,
continuamente preguntando y yo respondiendo.
¿Recuerdas cómo me llamaba tu hermano?
el segundo sobrenombre de mi existencia.
Sonaba: "El Licenciado" y te enorgullecías.
Pues ese día te dí la sorpresa.
"Chabe" fue profeta, así como Mario
y ese día anuncié la noticia.
En Licenciado me convertí
y fuiste la primera en saberlo.
¿Recuerdas ese sábado?
Por supuesto que no.
A ti te cubre la tierra
y a mi este maldito sueño.
domingo, 12 de julio de 2009
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