domingo, 12 de julio de 2009

Ana María Soto Jaimes

¿Recuerdas ese sábado,
en el que aparecí sin previo aviso?
Cuando Arturo, como de costumbre,
inició la bienvenida.

Ambos sonreímos,
la experiencia fue grata
besaste mis ojos
y yo lo agradecí.

Tu cortesía siempre presente,
un vaso de agua me ofreciste.
Charlamos poco pero sustancioso,
continuamente preguntando y yo respondiendo.

¿Recuerdas cómo me llamaba tu hermano?
el segundo sobrenombre de mi existencia.
Sonaba: "El Licenciado" y te enorgullecías.
Pues ese día te dí la sorpresa.

"Chabe" fue profeta, así como Mario
y ese día anuncié la noticia.
En Licenciado me convertí
y fuiste la primera en saberlo.

¿Recuerdas ese sábado?
Por supuesto que no.
A ti te cubre la tierra
y a mi este maldito sueño.

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